Luego de la onírica incursión de Matías Frey, que dejó a los podentaristas* en estado de shock (sí, queridos, es hora de aceptarlo: existe la vida fuera de la secta), estos arremeten nuevamente, pero esta vez lanzando al ruedo a uno de sus más nuevos integrantes.
Sin ella
Ella vino y le dijo en la cara, sin miramientos: “No tienes más invitaciones. Se agotaron para ti. Ya no podrás estar conmigo. Así que adiós”.
A decir verdad se conocían desde la infancia y habían compartido algunos momentos, pero efímeros, lúdicos, tiernos como cachorritos. No podría decirse que, en ese entonces, alguien lo notara. Lo importante empezó a los dieciséis. Ya había superado las incomodidades de la adolescencia, de formar una pareja medio idiota de besos escondidos y pocas palabras, de no saber lo que uno quiere y quererlo ya. El futuro se presentaba verde y fresco.
En algún momento de aquel verano, entre libros y canciones heredadas de los primos, ella apareció. Primero le generó cosquilleos en la panza, luego en el corazón. La cabeza fue lo último en reaccionar.
Al principio se presentaba por las tardes, en público. Eran un clásico los domingos en la plaza, con mates de por medio, la gente del cole, la guitarra. Y el canto, el canto limpio antes de que el call center le hiciera estragos en las cuerdas y el nódulo se instalara para siempre. Pero eso pasó muchos años después. En esos instantes sólo estaban la viola, la voz clara, el ocasional y amateur cigarrillo.
Pero luego ella empezó a colarse por las noches, cuando los ruidos dejaban de salir de la televisión y se escrituraban, se dibujaban, se pintaban o se leían. Vívían en un universo aislado de estrellas que iluminaban más fuerte. Aparecía casi siempre a medianoche y mientras la esperaba, los dedos de las manos y sus ojos y sus sienes latían como 30 indígenas bailando un son montuno en los oídos. Inevitablemente sobrevenían las madrugadas de ingenio, de palabras inventadas, de placer neurocordistante y de tributo a las pequeñas muertes.
Así pasaron algunos años. Y, como suele suceder, los tiempos mejores quedaron en esas manías juveniles. Sabía que no podía convocarla todas las noches; la facultad era un proyecto nuevo y había que prestarle atención. Ésas fueron las primeras vacaciones sin ella. En Santa Rosa de Calamuchita había mucho río, mucho fernet o cerveza, mucha carpa y mucha noche artificial como para entumecerse un poco, y olvidar.
Luego llegó el trabajo, porque el estudio no pagaba los gustos que quería darse y darle a ella. Le compró lindos y nuevos juguetes para que hiciera lo que se le antojara, pero ya no era lo mismo.
El nódulo le cambió la vida de un momento doloroso para el otro. Dudaba que las cosas volvieran a ser como antes. Pero le puso ganas y con el tiempo le ofrecieron la famosa indemnización. Todos exclamaban que había sido una histórica victoria, dado que muy pocas personas habían obtenido el beneficio monetario ante el mismo problema. Pero ahí estaba la cuestión: “¿Ahora todo se reducía a ver cuánto metálico podías succionarle a una aseguradora?”.
Lalejandra, Septiembre 2009.
* ¿Me estás gastando?
19 comentarios:
A mi también me causó ternura, y de alguna manera me sentí identificada. Bueno, bastante identificada, creo que podemos cambiar nódulo por "otra cosa" y listo.
Te tengo que agradecer, Lale, me gustó mucho :)
Dos mujeres? Vengador, relea con calma...
Lo leí esta mañana antes de salir rumbo al trabajo... debo decir que aún sigo sintiendo esa ternura tan bien caracterizada por las palabras de Lalejandra :D ¡Realmente genial! ¡Besos para la autora y la responsable de reunir tanto talento! ¡Ea! ¡Ea!
Oyyy gracias! Recién recién recién lo veo, se me pianta el lagrimón!
Es confuso Pitufante, eso es verdad. Hay que encontrarle la vuelta.
Saludos y gracias por publicarme!
ea! cuando publiquen un libro todos ustedes que escriben bien me lo firman?
Yo voy a ser la fan que no escribe nada pero lee todo. ;)
PD: Prometo que voy peinada a la firma de autografos.
Este es un mensaje del SEREFRA,
Servicio de Reconstrucción de Frases, para El Vengador Pitufante:
"De ahora en adelante, ella - su Inspiración- prefería dejarla sola, con su voz cascada y los dedos aturdidos"
Ella = su Inspiración.
No otra naifa.
Caray, todo hay que esplicar.
Gracias por la exlicación constructiva!
De nada. Te lo debía porque estás al día con la cuota del SEREFRA, Lale.
:P
muy bien, LaLE!
y digo yo: dejando de lado que está clarísimo que la protagonista es una mujer que es visitada por la inspiración (sustantivo femenino), qué tendría de raro un texto sobre dos mujeres?
ahora que lo pienso, y sin ir más allá del TELITA III, en lo que yo escribí son dos mujeres... eso se entendió?!?
Iba a responderle a Gabrielaa, después pensé: "no, seguro que no me lo está diciendo a mí". Después pensé "¿capaz que sí me está diciendo a mí?", o "capaz desea iniciar un debate".
No sé, la cosa es que me sentí inclinada a responder, por si acaso y por gusto de hacerlo nomás.
Y mi respuesta es: Nada iba a tener de raro si el texto de Lale hablaba sobre dos mujeres, pero la cosa es que no lo hacía y por eso el SEREFRA se vio obligado a aclararlo al lector VP.
Ahora, con respecto a tu poema-canción telitera: considerando que mi capacidad de interpretación poetril es tirando a simple o básica, mi intuición me dice que si yo entendí que trataba de dos mujeres, hay muy muy poca posibilidad de que alguien no lo haya entendido así.
Salut.
claro que no iba dirigido a Ud., MaríaCe! (descontaba *su* respuesta. bien por el SEREFRA.)
fue una reacción de activista GLTTTBI en una tarde de miércoles ;)
besitos
Es un muy buen relato, y eso que tuve que releerlo tres veces debido a mi simiesca capacidad de interpretación.Pero al darle segundas y terceras lecturas, lo fui descubriendo acorde a mi ameba neuronal.Te felicito, Lale.Algo referido al mismo tema me obsesionó en el aniversario de mi blog. Saludos.
Si lo escribe una mujer, y esta hablando de otra mujer, son dos mujeres. El poema de gabba esta dedicado a otra mujer, eso lo leí.
Y no, que va a tener de raro?
Con permiiiisoo..!
Jaja, tengo que decirles que supuse que iba a generar ciertas confusiones. Haciendo un balance, el público femenino lo captó relativamente rápido, pero al masculino se le presentaron preguntas de la índole:
- Son dos mujeres?
- Pará, quién abandonó a quién?
- Pero... naa. son dos mujeres, no?
Creo que con dos o tres frases más concisas al final, hubiera quedado del todo claro, para que se golpearan la frente y dijeran "ahhh"...
Pero como soy re heavy re jodida se las hice difícil! Se, se, a proposito, se...
Gracias por leerme! Y al SEREFRA :D Un abrazo!
Bueno, recién lo leo hoy...
Qué bello, Lale! Es precioso, muy dulce.
Y para que veas, nomás: el abandono de la insipiración, es toda una nueva fuente de idem.
Pensalo, no sé, te la dejo picando.
Acá hay violencia de género! Saquen la versión para hombres con las llamadas a pie de página de rigor.
Ahora en serio, creo que la construcción un tanto confusa es parte de lo que quiso transmitir y quedó muy bien... la única crítica es que la frase propuesta ¨No tienes mas invitaciones¨ me parece horrible y usarla así sin miramientos le descontó un poco al relato.
Dos teorías: la autora es muy apegada a las reglas y no quiso modificar la frase; yo soy el çunico pelmazo al que le parece un bodrio...
La tercera relacionaba a la anfitriona con un complot de la CIA para coartar nuevos talentos, pero dejá, me fuí de mambo...
Catfight? (comentario masculino)
AH, mirá la interpretación que le dió Pitufante!
:D
Me encantó, para mi es un texto clarísimo, prolijo, redondo. Creo que la autora dio pistas desde el principio para que el lector sospechara, no sé, es mi opinión.
Me fascinó ésto: "(...) ella apareció. Primero le generó cosquilleos en la panza, luego en el corazón. La cabeza fue lo último en reaccionar.". Típico de las Musas: sutiles hasta que el bocho se aviva.
Felicitaciones Lale,
June
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