El joven Vengador Pitufante, autor del blog Estoy mirando tele, miembro oculto del podentariado*, digo miembro en el sentido de "ser parte de", y oculto porque no se deja ver ni quiere ver a nadie, no sé, algo raro ahí hay, habría que investigar un poco, pero bueno, la cosa es que, a los efectos de este taller copante, el Vengador Pitufante se acercó primero a comentar para luego mandarse con este texto de su peculio.
Le damos la bienvenida pues, al Vengador Pitufante. Pero antes, una advertencia expresada por él mismo:
"Lo hice apuradísimo en el trabajo, si hay problemas de redacción o de coherencia y alguno me los hace notar, los voy a perseguir y a descuartizarlos a hachazos mientras duermen."
Bien, luego de este encantador prólogo, proceded a leer:
Cosas de chicos
¿Tensión a la sombra? ¿¡Tensión a la sombra?! contemplaba las palabras escritas en la hoja amarillenta y se retorcía de odio, mientras involuntariamente las murmuraba entre dientes. ¿Quién demonios podía usar esa frase en un escrito? ¿En qué contexto habría "Tensión a la sombra"? ¡Si había tensión la había y, si no, no! Se creía muy virtuoso el imbécil del profesor, arrojando frasecitas sueltas al viento, mientras todos sus alumnos lo creían un semi-Dios de la literatura, cuyos pedos sonaban mejor que los más complejos sonetos de Quevedo.
Ya lo había intentado todo: había tratado de seguir la frase con algo que diera sombra, por ejemplo, "la tensión a la sombra del gran ombú iba in crescendo", pero había descartado la frase por llanamente horrible. Había tratado de aproximarse a otras formas de escritura; hasta un intento de poema beatnik surgió tímidamente en su pantalla, antes de ser borrado por una serie de violentos golpes sobre el backspace.
Loco de desesperación y enojo contra el petulante del profesor, arrojó la hoja recién impresa al cesto de basura y en ese momento, el mortal coágulo que se hallaba alojado en su torrente sanguíneo, nadó hábilmente hasta llegar a su cerebro, produciéndole la muerte al instante.
Brandon golpeó la mesa mientras borraba por completo la historia que estaba escribiendo. Su bloqueo de escritor había mejorado en los últimos días, pero ahora sólo podía escribir cosas aburridas y autorreferenciales. A quién podía interesarle la historia de un escritor frustrado por un profesor petulante.
En los meses anteriores, había iniciado una novela sobre la histórica victoria de los 30 indígenas pero la misma no había progresado.
Frustrado, se había aislado lo más posible para poder concentrarse en paz y, sin embargo las ideas se negaban a fluir o a tener una calidad aceptable. Con la tormenta de Santa Rosa en camino, el clima no ayudaba a que se sintiera mejor. Este era su más importante proyecto, su segunda (y quizá última) oportunidad en el mundillo literario.
Prendió la televisión para intentar distraerse un rato. La pantalla le devolvió la imagen de una pareja consumiendo alguna clase de bebida energizante. Los odió profundamente. Odiaba la sociedad moderna, que prácticamente rendía tributo a cualquier fulano que saliera en televisión.
En vista de que la caja boba tampoco se dignaba a proveer alguna clase de distracción, la apagó y con pasos enérgicos se dirigió al ventanal que daba a los amplios jardines que se alzaban al oeste de la mansión. Abrió las amplias hojas de la ventana y asomó la cabeza para respirar el aire fresco.
C on un crujido terrible, la gárgola que pendía de una de las paredes se desprendió en ese preciso instante, acabando con su vida al golpearle la cabeza brutalmente.
De un golpe tiró la pintura del caballete y se incorporó visiblemente agitado. Ya era la segunda pintura que descartaba. Primero un tipo mirando televisión. Ahora un hombre de espaldas contemplando un ventanal. Ambas pinturas le habían resultado horribles pero ya no sabía qué hacer. Sus pinturas ya no vendían como antes y las galerías de arte estaban empezando a olvidarse de él. "No tienes más invitaciones a eventos por el resto del año", había dicho su agente.
Caminó de un lado a otro de la habitación como un león enjaulado, sin lograr pensar en un motivo digno de ser pintado. Las frías garras de la desesperación se aferraban a su mente y la retorcían como un pañuelo, provocándole el dolor de cabeza más intenso que había sentido en mucho tiempo. Se dirigió al botiquín donde guardaba los analgésicos para esas ocasiones, el cual estaba alejado del alcance de los niños que a menudo visitaban su casa. Sacó dos pastillas y las tragó en seco.
Decidió salir a caminar para despejar su mente. El universo conspiró en ese instante. Su frustración, la distracción del conductor, la invención del teléfono celular, un conjunto de hechos que desencadenaron su muerte en ese cálido día de verano.
¡Brummm! ¡Brummm!!! A ver mi amor... -incitaba la madre- ¡Mirá como anda el autito! ¡Brum , Brum!
El niño tomó desganadamente el auto y, poniendo al playmobil pintor delante del mismo, procedió a atropellarlo sin piedad.
A veces su madre se preocupaba por él, por sus actitudes. Pero siempre las dejaba pasar, al fin y al cabo, eran cosas de chicos.
El Vengador Pitufante, Septiembre 2009
* (sí, otro más, qué, qué te pasa, no leés a Podeti vos?)
22 comentarios:
No! Qué increíble.
Me encantó. La idea, el concepto, todo.
No me importa que venga alguien a decirme que no es original. A mí me gustó y el comentario lo escribo yo.
Clap clap clap, Pitufo.
Ah, yo lo vi. Varias veces. Pero no te voy a decir como es porque los superhéroes son así, se tienen que esconder, no lo voy a andar desenmascarando.
Al único que desenmascaro es a Pumba cuando se cambia de nombre en el gabbly :P
El relato me gustó VP. Tendrías que escribir más vos, eh?
¡Verdad, me olvidé del comentario! Ahora updateo.
¡¡Estás proyectando, Pitufáith!!Dale, confesá quién sería el "odioso profesor", dale.
Está increíblemente bien relacionado, es una trama excelente. Me gustó.
No, no, no, es genial!!!
Digno de ser puesto al lado de "continuidad de los parques" de Cortázar. Y mirá lo que te digo.
Vengador: "decir lo que pensaba sobre ella". Ojito eh.
¬¬
Uy uy uy le dijo odioso a TELITA.
Eh! encima que te hago tremendo elogio, que tipo jodido.
Por favor, editor, quite con desgano el acento de "desganádamente".
Hecho, Sagom. No lo había visto.
No veo, no veo, no tengo plata, no tengo plata.
Vengador, citando a mi muy querida amiga Vontrier: comentarios son amores.
Comente todo lo que quiera, es bien recibido hasta que se me suelta la cadena y ahi hago explotar el blog y la internet y el facebook incluso.
María anda con ganas de hacer esplotar la interné desde ayer. Me pregunto por qué será.
RS: ¡No, no desde ayer, desde siempre! Ahhhh qué lindo hacer esplotar los satélitesssss, cuánto tardaríamos en volver a la edad media? ¿Estamos mejor o peor, eh?
Palo y palo.
Una bosta, pero con onda te lo digo.
Capaz está de moda escribir así, feo y mal, no se.
Igual sos pendejo y podés empeorar y llegar a ser tan malo como yo, así que, no cejés en tu intento!!!
se entendió.
Yo, de volver a la Edad Media, feliz, feliz, mas que feliz...!!
Muy bueno, me gustó mucho. Pienso que el rango de referencia entre cada historia está bien logrado :)
Felicitaciones al autor,
June
Estoy llegando tarde y leí (además del cuento) todos los comentarios. Debo decir que me gustó más la idea (y tu posteo sobre ella) que la redacción en sí, pero que no deja de ser un muy buen recurso eso de revelar al final cómo viene la mano.
Uh, pará, lo del hacha, lo del hacha, no había leído lo del hacha!!! Buenísimo VP, mostro del pantano!!! (nervioso y mirando por el rabillo del ojo cualquier cosa que refleje un asesino al acecho...)
VP, no explique que no es necesario. EStá lo suficientemente bien escrito para que se entienda y deja flotando la sensación de que nos toma por estupidos (jah, en realidad no la deja, pero con eso ya generé un poco de discordia). LE iba a tirar con munición gruesa, pero me acordé que soy pro-desarme.
Veo que Sagoma solucionó su problema con los adverbios de modo.
VP, no explique que no es necesario. EStá lo suficientemente bien escrito para que se entienda y deja flotando la sensación de que nos toma por estupidos (jah, en realidad no la deja, pero con eso ya generé un poco de discordia). LE iba a tirar con munición gruesa, pero me acordé que soy pro-desarme.
Veo que Sagoma solucionó su problema con los adverbios de modo.
Vengador Pitufante: con todo respeto te digo que a tu explicación no la entendí, de hecho al intentar hacerlo me restó mucho a tu texto.
Yo creo que la obra artística en cualquier manifestación llega al receptor como al receptor se le canta, no sé si me explico, a menos que se trate del género 'ensayo' que no es este el caso (y aún es discutible).
Saludos,
June
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