lunes, marzo 2

T.E.LIT.A.II: Rescaten a la Rubiaa!

Ella ya colaboró antes con el T.E.LIT.A, desde su costado más "profesional". Y ahora, nuestra Rubiaa vuelve a sorprenderme, no sólo por su regreso a este taller, si no porque lo hace desde el relato, y lo hace muy bien!

Vean si no:


Rescate
Se despertó con unas ganas tremendas de tomar mate, pero tremendas en serio. Había pasado unas de esas noches que le pedían a gritos mañanas materas y pensó que Juan siempre la despertaba con el mate, lo pensó por primera vez en meses y se permitió sentir algo que no sabía bien si era culpa o tristeza, algo así. Lo dejó de pensar inmediatamente porque el dolor de cabeza habló más fuerte. Odiaba tener dolor de cabeza, la ponía de muy mal humor y andaba todo el día quejándose como si se estuviera desangrando. “Vos porque no tenés la cabeza de pelota de básquet que tengo yo, nena, ahí sí sabrías lo que es el dolor de cabeza” le había dicho Juan una vez. Sí, era cabezón, pero a ella no le importaba. Muchas cosas no le importaban de Juan, como su incapacidad de decir te amo en el momento justo. ¡Mierda! ¿Qué pasa hoy?

Cerró los ojos, como para no pensar más. Estaba despierta pero no se movió. La sábana no la tapaba del todo y tenía media cola afuera. Sintió frio y un poco de vergüenza, pensó en taparse pero no se quería mover. Tenía ganas de ir al baño y no sabía dónde quedaba, igual muy lejos no podía estar, era un departamento chico. Abrió los ojos. ¿Era un departamento chico? La verdad era que no sabía muy bien dónde estaba, y con quién. No lo conocía en realidad, hizo un esfuerzo por acordarse del nombre. ¿Federico? ¿Fernando? Con F era seguro. Sonrió. Siempre se le confundían los Federicos con los Facundos y los Fernandos. Escuchó una canción de Iván Noble, que sonaba bajito y el ruido del tipeo en el teclado. Bastante rápido tipea, eh. Se acordó de cómo Juan le había enseñando a tipear sin mirar el teclado y sonrió de nuevo. Bueno, basta.

Se dio vuelta, moría de vergüenza. Qué boluda. La puerta del cuarto estaba entrecerrada. Bárbaro. Se movió despacio, cosa difícil para ella. Se sentó en la cama. No quería hacer ruido. No quería que él la escuchara y fuera al cuarto, no quería que la viera cambiarse, no quería hablarle todavía. Bah, no quería estar ahí, en esa situación. Miró al piso, buscó el jean. ¿Qué hora es? Maldita costumbre de no usar reloj. Se acordó de que tenia el celular en el bolsillo del pantalón, pero ¿donde está el pantalón? Se agachó, estaba debajo de la cama, con el corpiño. Le llamó la atención encontrar sólo su ropa en el piso, no la de él. ¿Federico? Se vistió rápido, se acomodó el pelo. Miró la hora, las doce y veinte. Mierda. ¿Sabría Juan dónde estaba ella ahora? Siempre sabe. Sonrió irónicamente. Se quedó un rato sentada en la cama. Qué ganas de tomar mate. Le daba vergüenza salir del cuarto. Le daba vergüenza estar ahí. Pensó en que Juan se reía siempre de su vergüenza, “Tonta, soy yo”. No se acordaba mucho lo que había pasado antes de dormirse. Menos mal. Capaz por eso tenía vergüenza. A quién engaño. ¿Qué vergüenza es peor, la de ser o la de no ser más?

Se levantó. Todavía le dolía la cabeza. Se paró en la puerta del cuarto con las manos en los bolsillos. Iba a decir “Buen día”, pero no le salió. “Hola” El se dió vuelta algo nervioso, la miró. “Me asustaste, ni te escuché. ¿Siempre sos tan silenciosa?” “Sí”, mintió. El volvió a mirar la pantalla, tipeaba rápido. “Si te querés bañar, no hay drama gorda, hay toallas en el armario del baño” ¿Gorda? “Si querés comer algo, fijate en la heladera, como en tu casa. Yo tengo que terminar unas cosas urgentes para el laburo.” Cómo le molestaba la palabra “urgente”. Sí, se quería bañar, pero no ahí. Caminó hasta la cocina, impecable. Se apoyó sobre el desayunador. Se parece al que tenemos en casa. Siempre le gustaron los desayunadores, estaba tan encaprichada que Juan había transformado la pared que dividía el living de la cocina en uno. Ahí se sentaba las mañanas de fin de semana, abrazaba a Juan con las piernas, le acariciaba el pelo lacio y le decía al oído: “Cabezón, cebate un mate”. Eso, mate.

“¿Tenés mate?”. El tardó en darse vuelta. La miró. Ella lo miró. Se miraron, casi por primera vez. Se quedaron unos segundos mirándose. “¿Mate?”, y volvió a mirar el monitor, subió un poco la música, ahora sonaba Calamaro, “…y borrar con la mano lo que ayer escribió con el codo...” Ella se quedó unos segundos mirándolo. Nunca me gustaron los rubios. No era feo, pero no había nada en él que le resultara lo suficientemente interesante como para querer conocerlo más. Quizás si se diera una oportunidad. Ni el nombre me acuerdo. La miró. “Yo no tomo mate”, se quedó mirándola. Ella sonrió. El bajó la mirada. Ella caminó hasta el cuarto, buscó la cartera. El seguía mirando el monitor. Se fue sin decirle nada. No.


Bajó las escaleras corriendo, a una velocidad que ni ella entendía. Llegó abajo y se puso a buscar algo en la cartera mientras caminaba, la puerta de vidrio estaba abierta. Casi se lo lleva por delante, iba sin mirar. Era Juan. Estaba parado cerca de un árbol, con los brazos cruzados. Ella se quedó parada mirándolo, con la cartera abierta y el celular en la mano. “Pensé que no bajabas más, no sos de levantarte tan tarde” Ella sólo lo miraba, admiraba la capacidad que tenía para que la remera siempre le combinara con los ojos. No lo podía creer, hacía meses que no se hablaban. Siempre sabe dónde estoy. Ella dejó salir las palabras. “¿Ves? me escondo lejos...” “Y yo siempre te encuentro, ¿o no?” la interrumpió. Ella no lo miraba, el la obligó a hacerlo. “No puedo Juan.” Se sintió cobarde. “Sí que podés”, dijo él y se le acercó más. “No entendés nene”. El la miró muy de cerca. “Entiendo todo, menos la distancia”. La abrazó, y ella sentía que se le iba a salir el corazón del pecho. Por Dios cómo amo a este hombre. Se quedó un rato así, sintiendo su perfume. “Yo también te amo princesa. Vamos a casa, vamos que no podés empezar el día sin unos buenos mates”


Rubiaa, Marzo 2009.

21 comentarios:

unServidor dijo...

Y la rubiaa agarró la pluma... ¡bien ahí!
Eso es por tener mate (en todo sentido).

Anónimo dijo...

¡Humille, rubiette!¡dibuje, maestra!

MariaCe dijo...

Si, como dice el relato en alguna parte, hace meses que no se hablaban, no debe estar cuerneando a nadie...

De todas maneras, a mí me pareció más una especie de metáfora de una situación íntima, quiero decir, interna, o mental, no sé cómo llamarla, de la protagonista, que un relato de hechos concretos.

Sea como fuere - la Rubiaa en todo caso si tiene ganas puede contarnos - me resultó un relato profundamente femenino.

Anónimo dijo...

Lindo relato, desesperante situación.

Gracias Ceci por hacerme pensar eso de la proyección de un estado interno... Lo volví a leer teniendo en cuenta esa parte y me resultó muy claro y mucho más rico que leerlo como si fuera una situación real.

Bien Rubiaa por mandarlo.

(VP, la muchacha está confundida... Sepa entenderla =P)

El Fantasma dijo...

Juajua VP, sos una bestia!!! (Pero autentico, lo admito).

A mi, por el contrario si me gusto la historia, y como esta desarrollada, mas alla de coincidir o no con los personajes.

Lo unico que me resulta como raro es el uso de la negrita en el relato. No se si esta bien o mal, pero me resulta raro.

Muy bueno Rubia. ¿Escribis seguido o esta fue una excepcion?

Lady Ithil dijo...

Lindísimo relato Rubiaa. Me da la sensación de que mas que perseguirla, él siempre está ahí, sea en el recuerdo o de cuerpo presente, no se va.

Anónimo dijo...

A mi me gustó. Estoy muy descolgado?

Yo lo sentí como una especie de relato sobre el destino. En el buen sentido, ojo: Que no importara las causas de la separación (que no las dice), pero que después de todo, y tras probar otras personas, cada uno se diera cuenta que con la única persona que se siente verdaderamente bien, es con el otro (se entiende? Ees así? Ah? Ah? Hola?) De ahí que él siempre sepa donde está, porque sólo de ella está verdaderamente enamorado, al igual que ella.
De alguna manera, la historia me recuerda a Miradas de Cielo Razzo (si, si, el Diego hablando de música, cuaaaando no, el Diego hablando de música, a ver Diego si dejás de hablar tanto de música, che! =P)

En fin, a mí, particularmente, me encantó. Se está poniendo buenísimo el mate =D

EDV.

Anónimo dijo...

Ay tanto análisis!!

Es un relato profundamente femenino, si. Y es como dijo Maria Ce, en realidad, no importa mucho lo que este pasando afuera (los hechos concretos que dice VP), importa lo que esta pasando adentro de la cabeza de ella.
Fantasma: se suponía que lo que esta en negrita son pensamientos de ella que van cortando el relato, pero hay algunos que no estan en negrita, capaz por eso se confunde. Sepa disculpar, no escribo desde los 15 años, solo leo mucho y algo me inspiró, eso suele pasar de vez en cuando, como los eclipses y esas cosas :P.
El tipo no es acosador, mi intención estaba muy lejos de eso, es mas como dice Lady, el tipo esta siempre para ella, pase lo que pase.
Diego, entendiste muy bien. Parece que ahora se quedan juntos de una buena vez y se dejan de joder ;)

Mas allá de todo, lo que mas me gustó es que a cada uno le dió una sensación distinta.

Gracias totales!

El Profe dijo...

Rubiaaaa, la verdad me has sorprendido :) muy buen relato, que bueno que lo decidieras compartir con nosotros. Felicitancias, muy buen trabajo

¡Abrazotes!

Capitan de su calle dijo...

Increible Rubiaa. Impresionante, de verdad me gusto tanto que me entusiasmó a leer mas!!!! No podes ser tan guacha de no abrirte un blog!
La descripcion del momento de despertar es increible. Es perfecta, todo cruzado, estimulos de toda clase, pero ordenados y relacionados, como que se van de las manos. Y el recuerdo de juan y al segundo..."bueno basta"
Como se describe la noche contando lo que pasa al otro dia.

La verdad rubiaa, me esperaba algo bueno el dia que publicaras, pero me sorprendiste para bien con un poquito mas.

Maria...gran mecenas...sigue acercandonos estas delicias.
Sos la Victoria Ocampo de la blogosfera!

MariaCe dijo...

Epa epa epa! Piano piano piano! Es como mucho llamarme "la Victoria Ocampo de la blogósfera"... lo tomo como un cumplido, pero muy, muy, muy exagerado!!!

Besos Capi :)

Anónimo dijo...

Pablo, viniendo de usted, un maestro en el asunto, me agrando con razones. Lo del blog esta por verse, veremos, quizás con un poco de ayuda...lo de escribir es un tema que me cuesta todavía.

Gracias

:)

Vill Gates dijo...

Siempre pensé que los que leen a Podeti tienen talentos ocultos. Ocultos para otros, concretamente para mi, en este caso. Bién Rubia!

Estee Doña María C... hay consigna en este taller...? es que soy nuevo vió? Es la del mate?

MariaCe dijo...

Claro Vill, cambiamos la yerba pero el mate es el mismo :D

Si gusta, arrímese... de nuevo!

Cameron West dijo...

La redacción impecable... atrapa y todo.. algo falta en el remate... no sabría decirte que pero te deja una sensación de guatafoc?... sabés que se me ocurría cuando llegaba al final... que era el espiritu del marido muerto y que ella sola lo veía... algo por ahí.... sino quedó como muy raro.
Insisto, atrapa mucho.... pero le faltó la ceresita al final.

MariaCe dijo...

Hola Cameron! Y no tiene ganas de darle un final usted mismo? Acá en TELITA hay ya algún laburito hecho en conjunto...

Se anima?

Beso!

Cameron West dijo...

María: la verdad que el texto me parece impecable y me daría miedo arruinarlo... siempre fui de la idea de que cada estilo de escritura es único e irrepetible, por lo tanto incombinable.... me encanta como escribís y la verdad no me atrevería a "meter manos en el asunto"....
además es tu texto.... tiene que mantenerse así... tuyo y nada más que tuyo y si el final para vos es el que quisiste que lo acepten o se caguen.... yo solo me atreví a exolicar lo que yo sentí cuando lo leí... esta lejos de ser una crítica.... Existen dos tipos de escritos... los hechos para los demas y lo hechos para uno... me da la impresión de que este texto es de el segundo tipo....
Besos


PD: no se te ocurra cambiarle el fina... te nació así... y así tiene que quedar.... al menos yo hago eso.... escucho las opiniones de los demás pero el texto es lo que es....

MariaCe dijo...

Ah, Cameron, pero no es mío el texto, es de la Rubiaa!

Y no, no era la idea de cambiarle nada, sino de hacer algo nuevo :)

Beso!

Cameron West dijo...

¿que rubia?.... huy ahora si que no entiendo nada

MariaCe dijo...

Pero hombre! Rubiaa es una muchacha que colaboró con el Taller mandándonos este relato que usted ha estado disfrutando pues!

Le cuento, este relato es uno de los muchos que va a encontrar bajo la etiqueta T.E.LIT.A.II (2do Taller Espontáneo de Literatura y Arte). Este Taller ha sido simplemente una cosa que se me ocurrió: puse una consigna, y le pedí a los conocidos que se coparan mandando lo que se les ocurriera en relación con esa consigna. En este caso -el 2do TELITA- la consigna fue: "Cabezón, cebate un mate".
Si se fija a la derecha en mi blog, ahi donde dice "TELITAII en acción", va a encontrar los nombres de todos los que ya hemos participado del taller, con link a sus respectivos aportes. Le aseguro que se va a sorprender. No sólo enviaron relatos, también obras de diseño, pintura, historieta, fotografía, vaya, vaya y fíjese.

La consigna sigue vigente, así que, si gusta, arrímese a la ronda de mate telitero!

Cariños :)

Anónimo dijo...

Ay cameron, muchas gracias por lo que decís!!!