viernes, junio 20

T.E.LIT.A.II: Un paso más allá del deporte!

Sí! Después de hacerse rogar como tres semanas, el Muy Joven y Más Gentil Podentarista Patricio, integrante del grupo UPMA (Un Paso Más Allá) y actualmente propiedad de renombrada y blonda telitera, nos manda un relato macanudo, que además de ritmo y agilidad inusual, está -aviso para menores y gentes con oído sensible- sobradamente munido de palabrotas. En-can-ta-dor! Lean:

El número nueve (Rodríguez creo que se llamaba) encaró derecho hacia nuestro arco después de bajar con un movimiento grácil del botín derecho el pase largo (casi un despeje, dirían los ultra-ortodoxos de siempre) del lateral por derecha y, con el mismo movimiento, sacarse de encima a nuestro volante tapón (un morochito de buena cintura y mejor peinado que era la exacta estampa de un número 5 clásico, salvo cuando tenía que ir a marcar). Ya en ese momento temí lo peor, la desgracia más atroz, el dolor más profundo que puede sentir un arquero que está defendiendo los colores del club de sus amores, Deportivo Rastrojero Negro de Calamuchita.
La confirmación de que la situación no podía ser más desesperada llegó tan solo unos segundos después, aunque hayan parecido décadas (y de las largas, como la Década Infame, que duró de 1930 a 1943, o sea un 30% extra). Con una pirueta estéticamente más digna de mejores ocasiones, como ser una función de ballet en el Bolshoi, que de un partido de la liga del valle, Rodríguez (estoy casi seguro que ése era su nombre) se deshizo de la no tan pegajosa presencia de nuestro marcador central (un grandote buenazo pero con no demasiadas luces al que le decíamos “Turbante” por la mata de pelo que reposaba sobre su cabeza), dio dos grandes zancadas, entró con pelota dominada al área y me miró a los ojos.
Reconozco que esta fugaz mirada a los ojos por parte de Rodríguez (cada vez estoy más convencido de que ese era su nombre) puede entrar dentro de lo que podríamos denominar “imaginación poética del recuerdo”, recurso cuasi natural del recordador para que su propia vida parezca ligeramente más romántica. De ser así, entonces, los movimientos del feroz goleador rival (Rodríguez, si no me falla la memoria) fueron perfectos sin verme.
Con valor, convicción y arrojo, me dirigí sin dudar hacia el rudo físico del potente delantero (¿Era Rodríguez? Me parece que sí). Sin dudar ni siquiera por un segundo, me arrojé a sus pies, extendiendo mis brazos y dispuesto a ponerle el pecho a la pelota. Mis manos se acercaron al cáliz sagrado de forma esférica, dispuestas a tomarlo y acabar con el peligro que asolaba a nuestra meta. Y en el último momento…
Recuerdo ver, por el rabillo del ojo, al nueve de los nuestros (una montaña de músculos muy veloz y potente para definir, pero con algunas deficiencias en el área de la puntería. Era legendaria en el pueblo la anécdota de la vez que, caminando por la plaza central, pateó una lata aplastada de Coca-Cola tratando de tirarla a la zanja cercana y casi demolió la nave de la catedral a cuadra y media) tomarse la cabeza, clara muestra de desconfianza que me pareció totalmente infundada. Cierto que el score nos mostraba abajo por 5 goles, pero no todos habían sido culpa mía. Por no mencionar que su propia habilidad para errar 4 goles con el arco casi vacío no estaba colaborando con la causa.
Recuerdo también que sentí en la punta de los dedos el contacto con la pelota. O al menos mi memoria emotiva me indica eso. Pero lo cierto es que aún con la velocidad y decisión desplegada, Rodríguez (el delantero centro creo que se llamaba de esa manera) tuvo más tino. Con un toque sutil, modifico la trayectoria de la pelota y la de su propio cuerpo, haciéndome pasar de largo limpiamente, cual hombre piadoso a las puertas del cielo. Y sin dudarlo, preparó el remate y…

“Pero pedazo de hijo de una gran puta cojida por un contingente completo de marineros eslavos en un puerto perdido del África Occidental! Forro de mierda, inútil, pedazo de pelotudo expulsado de todos los colegios formativos de esta nación por pelotudo! Cacho inservible de carne descompuesta encontrada en un pantano maloliente del rincón más perdido de Louisana! Bufarreta con el upite destrozado analmente por todos los internos de una cárcel de máxima seguridad para violadores seriales de caballos! Arquero inservible, vendido, traidor, salí que no servís, andá a cebar mate… Cabezón!”

Todo eso y mucho más bramó, barritó, la hinchada del club, tal vez un poco descorazonados por la conversión del sexto gol por parte de Rodríguez (nombre que estoy casi seguro se aplicaba al rostro del elegante puntero). Todo eso, y mucho más…

Es curioso, en retrospectiva, ver cómo somos afectados por algunos sucesos. Es cierto que luego del partido en cuestión era difícil suponer que me iba a poder permitir permanecer en el equipo. Pero fueron los insultos los que me decidieron a retirarme en ese preciso momento.
Era obvio que el feeling con la gente estaba roto ya, que no había vuelta atrás, que ya no nos unía la misma relación de fanatismo de antes, que ya no había el mismo amor. Tal vez lo adiviné en las sutiles entonaciones del “hijo de puta”, en las melódicas silabas del “pedazo de pelotudo” o en las marcadas asonancias resonantes de “violadores seriales de caballos”. Tal vez fue la piedra que impactó certeramente en mi nuca o las dos escupidas que rebotaron junto a mis pies. Tal vez fuera la forma en que mi mujer lloraba mirándome y movía lentamente la cabeza de izquierda a derecha; o cómo mis hijos se tapaban la cara, avergonzados. Tal vez fuese la forma en que el cielo tronó y el relámpago estalló, en que la lluvia cayó como lágrimas y la oscuridad tapó todo (aunque admito que esto también es probable que fuese otro mecanismo de “imaginación poética del recuerdo”).
Pero es más probable que no fuera eso, que fuera el profundo efecto que tuvo esa última frase del insulto, ese duro “Arquero inservible, vendido, traidor, salí que no servís, andá a cebar mate… Cabezón!” Por que yo siempre di todo por este club, lo salvé muchas veces, siempre puse toda la sangre y el cuerpo, nunca fallé moralmente en nada, toda mi alma le dediqué. Dolió ese comentario sobre mi uruguayidad, demostrado en la utilización del mate (especialmente porque nací en La Rioja) y sobre mi honestidad. Todo eso dolió por la injusticia… Pero especialmente porque no soy taaaan cabezón!


PatricioUPMA, Junio 2008

13 comentarios:

Vontrier dijo...

Sos groso, Pat. Sos groso, groso. La grosez sin limitancias.

Estoy PER-PLE-JA. A-NO-NA-DA-DA.

Ahora mismo me voy a aprender esos insultos.

Denserio, está buenísimo, Pat.
Felicitaciones.
V.

unServidor dijo...

¿Denserio te hicieron eso en la cárcel?
Cuánto dolor, cuánto. Cuánto. Cuánto dolor.

Anónimo dijo...

JAJA! Pobre hombre, no imagino peor humillación!
Excelente, divino, como todo lo que hace este chico, bah. Y no lo digo solo porque sea "propiedad mia" (jeje...gracias MC!)

Felicitancias, corazoncete de arroz.

chuik!

Anónimo dijo...

Estás haciendo quedar mal a esta sub-especie de "arqueros cabezones"!!!
Yo fui uno por mucho tiempo, y te aclaro que saqué la valla invicta en el club "Orujo y sudorazione" durante dos temporadas (de cosecha, claro)!
Excelente el relato, Patricio, colorido, se nota que has tenido varios "Evita" encima, eh?.

Capitan de su calle dijo...

jajajaaaaaaaaa muy bueno!!!
Muy gracioso este tipo
Le faltaba un buen cuento de futbol de futbol al TELITA.

Pero ademas...

que puteador fino, que insultador pulido por los años.
Caunta cancha, barro de baldio, cuanta esquina.

Que dirán Luppi, Alterio, Dumont.

Al ver este semillero

mosca brava dijo...

¿Y a este van a poner de arquero? Piensenlo podentaristas. Está más cerca de Panzeri, de Ardigó, que de Fillol o aún de Goicochea, mirá lo que te digo ¿eh?

Vill Gates dijo...

Jaja Patricio.

"...Y desde aquella tarde se dedicó, solo, escondido en su cuarto y con las cortinas corridas, a tejer carpetitas de crochet, pero nunca quiso sacarse los botines mientras lo hacía, para pensar que, a pesar de todo, el seguía siendo el Arquero"

Se me ocurrió nomás

Anónimo dijo...

Lo único que te digo, Cabezón, es que si te hacen un gol de esta factura, lo mínimo que te vamos a hacer es mandarte a cebar mate.

PatricioUPMA dijo...

Gracias, MC, por subirlo. Gracias al resto por los comentarios, que me emocionan hasta las lagrimas.

V: Mil gracias. Considerando como escribís vos, lo considero un doble elogio.

Unser: Hay cosas de las que todavía no estoy emocionalmente preparado para hablar >_>

Rubitaa: Gracias, hermosa! :D Me alegro que te haya gustado. Besos mil.

Zippo: Esa sub-especie se hace quedar mal sola! Salvo vos, que la salvás ;)

Pablo: Lo loco es que escribiendolo me di cuenta que no sé putear. Me tomo un buen trabajo llegar a esos versos puteadores. Necesito entrenar más. Mil gracias.

Mosca: Yo no atajo más. Yo juego arriba!

Vill: Sí, viene por ese lado lo que le pasa al personaje después, algo por ahí anda ;D

Gracias a todos de nuevo.

Mona Loca dijo...

"el upite destrozado analmente"

Bueno...este insulto es insuperable.

Anónimo dijo...

Muy bueno y muy gráfico, pero....
Este tipo va a ser el capitán de nuestor equipo??
La verdad que no sé si quiero jugar así...

El Profe dijo...

La verdad que cada vez más admirado de lo que van logrando cada uno de los participantes. Patricio un abrazo y mi admiración.

Anónimo dijo...

"Pedazo de pelotudo expulsado de todos los colegios formativos de esta nación por pelotudo!"

Top, Lo Más, Excelente, Fantástico, Magnífico, Alhaja de la Abuela.

Felixitax, Ptxio!