No sé si soy yo, o el mundo, o el cristal en medio de los dos.
En estos días, todo aparece distorsionado. Falseado. Mentiroso. Berreta. Y sólo encuentro visos de verdad en lo más cercano e íntimo. Todo lo demás parece falso, maquillado, mal actuado, escenificado.
Pasaron cosas feas, no directamente relacionadas a mí, pero lo suficientemente cercanas como para verme ligeramente involucrada. Y todo sonaba tan falso como si fuera una película barata, montada. O quizás lo veo así de puro negadora, porque cuesta creer que hay gente que verdaderamente piensa en hacer mal, en lastimar adrede incluso a sus propia progenie, intencionalmente, porque viene bien a otros fines.
Pero no es sólo eso, aunque eso es lo principal.
La conversación más sencilla y cortés me resulta tan falsa que asquea. El blog de Podeti que siempre me hace reir, hoy me daba asco. La sonrisa de un verdulero, la amabilidad conque atiendo a los clientes de mi trabajo, todo un asco. Pura máscara, todo fabricado.
Cuánta mugre.
Mejor me baño.
miércoles, febrero 13
Distorsión
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