Dos hechos, uno de esta realidad, el otro del reino de los sueños.
El plomero -italiano, hombre maduro, de contextura pequeña, con indicios de darle quizá un poco demasiado al vino; ya vino antes a trabajar a casa, cuando yo recién me inauguraba en la maternidad- me mira apreciativamente, sonríe con aire complacido y apenas libidinoso, y me dice con un tono que trasluce franqueza: "Siempre tan guapa usted, tan bonita, tan sonriente, tan amable".
Le sonrío -con cero libidinosidad- y le agradezco el cumplido. A este hombre le gusta lo que ve y ya me lo ha dicho antes. Pero no tiene intenciones para conmigo, al menos no declaradas ni insinuadas siquiera -lo cual también agradezco-. Simplemente me mira con admiración y parece ponerse contento cuando me ve. Me da buenos consejos inmobiliarios, me trata con algo de paternalismo pero respetando mi edad y decisión. Le tengo aprecio, y a mí también me pone contenta cuando viene porque... vamos, porque es agradable saber que otro te encuentra atractiva o bella.
Por la tarde, hablaba yo por msn con un muchacho, contacto de trabajo, y le hice un comentario que podía interpretarse en doble sentido. Lo hice con intención y en son de broma, y así fue tomado. Él respondió: "ya voy a ir por San Telmo y vamos a tener una charla, vos y yo".
Y a la noche, sueño:
que estaba llegando a mi casa - que era en una avenida populosa, muy parecida a Av Santa Fe a la altura de Palermo- , y cuando estoy llegando paso por una parada de colectivo y escucho a alguien hablar por celular, y reconozco la voz como la del pibe con el que hablé a la tarde por msn y lo miro, y él me ve y se da cuenta de que soy yo, y aunque procura educadamente esconderlo, su mirada es de desencanto. De todas maneras se sobrepone rápido y con una sonrisa amistosa me dice: "Y, para cuándo una cerveza en el barrio?", pero esta vez no hay ningún doble mensaje. Es, sencillamente, una actitud amistosa y punto. Yo percibo este cambio, el repentino desencanto y el mensaje de "no-tengo-interés-sexual-en-vos", y, aunque este chico ni siquiera me atrae, me desazona lo rápido que perdió interés. Lo cual es algo que, por lo demás, ya tenía previsto, dado que parece que virtualmente resulto mucho más interesante que en persona, en lo que a atractivo sexual refiere, y es algo que en el sueño también tenía claro.
Cuando me desperté, todavía tenía la sensación de desazón que me había dejado el sueño. Así que eché mano del recuerdo del otro hecho, el del plomero de ayer. Compensadas así las cosas, caminé feliz por mi barrio, feliz de ser quien soy y de vivir en este barrio al que adoro. Es un hermoso día de primavera.
jueves, octubre 25
Mujerilidad
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4 comentarios:
hey, estamos en el mismo barrio!
que sueño inoportuno che! no le des bola, la mujerilidad también tiene esas cosas de la recuperación rápida de sueños desalentadores...y dicen los que saben que suele suceder todo lo contrario de lo que uno sueña...y tb dicen que detras de toda broma se esconde una verdad :) besitos
Gabrielaa: qué bien! Quizá hasta nos conozcamos! y si no es así, podemos conocernos, eh? qué le parece?
Viq: concuerdo con todo, pero poquito, pa que no te agrandes :P
este fin de semana parto en viaje x laburo, pero a la vuelta nos combinamos! super super!
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