Mi nene y yo vamos juntos a todas partes, siempre. Pero esta tarde yo quería ir al kiosco y él no quería acompañarme. Entonces le pregunté: "querés que vaya yo, y vos te quedás a esperarme acá?" Y me respondió que sí. Por si no había comprendido que se quedaría solo en casa -aunque por un minuto nomás-, le hice la pregunta en distintos términos y varias veces, y a todo respondió que sí. Así que salí y fui al kiosco y volví a toda velocidad. En casa tenemos una ventana que da al pasillo central del edificio, y hoy la había dejado abierta. Así que, para ver qué tal estaba el asunto, lo primero que hice fue quedarme parada junto a la ventana. Y escuché entonces el siguiente diálogo:
- Estás solo?
- Sí.
- Y mamá?
- Se fue.
- Te asustaste?
- Sí.
Sonreí para mí misma: el diálogo era en verdad un monólogo, claro. Entré a casa. Me recibió con una sonrisa indiferente.
Es la primera vez que se queda solo en casa y por propia voluntad.
Mi chiquito, tan valiente.
domingo, octubre 28
Mi valiente hombrecito
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1 comentarios:
Hay algunas anécdotas que solamente uno las puede entender y valorar cuando uno comparte la misma posición o rol, en este caso de padre (o madre en tu caso)
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