martes, marzo 9

(Pequeña?) Anécdota XIV

Ayer  ha dicho su primera mentira. O la primera que me ha dicho a mí, al menos. Nunca supe, antes, que hubiera mentido tan descarada -¿inocente?- mente. No sé qué vio él en mi mirada cuando se dio cuenta de que la mentira había quedado al descubierto, porque aún no le había dicho nada  y ya se había puesto a llorar con gran amargura.
No fue una mentira porque sí, una fantasía de esas que a veces le gusta desarrollar. Fue una mentira en toda regla, elaborada en defensa propia. Se había mandado una macana desobedeciéndome, y lo había hecho a conciencia, no sé si para probar su independencia, la validez de mi explicación previa de por-qué-eso-no-debía-hacerse, o si para llamar mi atención (muy probable). La importancia, a mi juicio, no estaba tanto la desobediencia si no en que negara haber sido él el responsable. "No fui yo", declaró con todo descaro. Por supuesto, reaccioné con dureza, pero eso fue después. Primero fue la sensación de sorpresa y amargura. Eso fue lo que él leyó primero en mí, y lo que desencadenó rápidamente su asumir la culpabilidad. Sé que pensé "no tengo que dejarlo pasar", y actué como mejor me pareció. El castigo no era gran cosa pero fue a rajatabla; lo importante era marcar el momento. No debe mentirme. No todavía y no a mí, al menos. Tiene cinco años nomás y la tendencia a ocultar las cosas que le ocurren. Por ejemplo, cuando viene mal del Jardín, tengo que tener una enorme paciencia y con tirabuzón logro que me cuente qué le pasó. Su respuesta inicial siempre es "nada, no pasó nada". Es necesario que sepa que puede confiar en mí, que debe confiar en mí. Que no es bueno que me oculte cosas, que jamás debe hacer caso a alguien que le diga que no me cuente cosas, porque enterándome es la única forma en que yo puedo ayudarlo. Y ahora, me mintió. Por primera vez, eligió decir algo falso para evitarse un castigo. Mi reacción fue rápida y firme; espero que haya servido. Espero que haya entendido que lo que importa es que sea veraz, que se haga responsable de sus actos, y no que aprenda a elaborar mejor su mentira para eludir posibles castigos. Ayer reaccionó, creo, bien. Se arrepintió inmediatamente de haber(me) mentido y lo hizo antes de oir el castigo, antes de la advertencia a futuro. ¿Habrá servido? Quién sabe. Vaya a saber cómo se enseñan estas cosas. ¿Cómo se le enseña el valor y la belleza de la verdad? Y todos los matices que puede tener, antes de que resulte definitivamente una mentira.

Cómo crece de rápido. Qué bueno que crezca. Qué difícil es acompañarlo en esto.

12 comentarios:

Antonio dijo...

Bueno son coss del aprendizaje.

Tambièn vos, vas a aprender.

Y es claro que no puede empezar a mentirte a los 5 años, y llevàrsela de arriba.

Eso sì, tratà de no enseñarle cosas que no funcionan, tipo "El ahorro, es la base de la fortuna". "Vos andà siempre al frente, jugà por derecha, y decì siempre la verdad", porque esto trandforma a tus hijos, en pasto de tantos miserables que dominan este mundo.

Tampoco es cuestiòn de enseñarles a ser garcas, ojo.

Pero "prudencia", y "observaciòn", pueden ser muy ùtiles, en su vida futura.

A veces, (muchas) es màs sensato decir una mentira, que gritar una verdad miserable.

Claro que hay que enseñarles la diferencia. Y la ocasiòn.

De todas maneras, eso de "No pasò nada. Nada", lo va a repetir millones de veces, cuando vuelva del trabajo a su casa.

Saludos

Mona Loca dijo...

Ah, querida co-madre.

Qué decirle?
Bastante tardó. =D

Creo que todas tenemos la misma lucha con nuestros hijos. Yo también recito el salmo "si alguien te dice que no me digas es cuando más me tenes que decir" y "si no me contás no te puedo ayudar"

Pero igual, cada tanto, mienten.

Como madre, veo que se ponen un cartel en la frente que dice "estoy mintiendo" incluso con la de 15, que ya tiene el mecanismo un poco más aceitado.

Creo que ella (la de 15) ya sabe que no me puede mentir, porque (casi) no lo hace.
El chiquito y la mediana, siguen intentando cada tanto, normalmente para protegerse de un reto que después viene doble.
Y el discurso de " Hiciste una macana, bancatelá!"

Haga como su instinto de madre le diga, MariaC. Es lo mejor que puede hacer.


besos co-maternales

Natalia Massei dijo...

Aunque es lógico, no deja de sorprenderme el ver cómo de la pura inocencia, de repente empiezan a aprender las peores cosas que hacemos los adultos (pero todavía usándolas con inocencia!)
Calculo que son momentos como de bisagra... y según cómo se produzca esa inflexión se marcará el rumbo...
Saludos MaríaCe!

unServidor dijo...

Decile que, si miente, le va a crecer la nariz como Pinocho.





Ah... ¿eso es una mentira?

Mar dijo...

Donguorri ceci, sos buena mamá y lo que hacés está bien. ;)

Karito La Cordobesa dijo...

Sos una madraza, ves?

Te quiero.

mosca brava dijo...

Espero que no hayas aprendido a sospechar de tu hijo.

Zippo dijo...

Estuvo estupenda, María. Pulgares arriba.
Ni mucha alharaca vacía de contenido, ni sentimiento culposo. Nada más hacerle vibrar la cuerda íntima de la integridad como persona. Muy bien.

LALE dijo...

No sé si opinar debido a mi carencia de hijaje, pero eso no me quita no ser hija. Tod@s somos hij@s. Y como hija coincido en que hiciste bien.

Y que no existen fórmulas. La única que yo ensayaría si alguna vez me toca el papel de madre (ya ni digo madraza, creo que no me da el cuero) es decir que una mentira te deja una sensación fea en el cuerpo, durante todo el tiempo que dure la mentira. Cosa que es cierta, no?

Es muy difícil ,a esa edad explicarle a un niño los conceptos abstractos de verdad o mentira. Adecuarlos a un estado físico, que ellos ya han sentido, puede resultar.

Digo.

Un abrazo!!

La Ruiva dijo...

Tu hijo es un sol en todo sentido y en mi opinión y por lo pude ver, estas haciendo un trabajo excelente. Esto también forma parte de ese trabajo. Creo que entendió.

MariaCe dijo...

Ciertamente, Fran es un solcito. No conozco un nene que no lo sea, a los 5 años. Es un poco desesperante diseñar estrategias para ayudarlo a que mantenga su "solaridad" lo más que pueda. Me imagino que en más o en menos a todo el que cría niños le pasa. (suspiro) Bueno, a seguir. Gracias por los comentarios. Exageradxs, como siempre, mis amigxs, en declararme madraza.

JuliánFayolle dijo...

Taaaarde llegué a opinar.

Mi experiencia es la de cualquier padre que va aprendiendo sobre la marcha, como todos.
Cuando los chicos mienten para zafar de algo están mostrando inteligencia, eso lo leí por ahí. No te digo que me encanta que me mientan pero me cuesta bastante aguantar la sonrisa.
Yo me limito a mirarlas a los ojos, pedirle que me lo repitan manteniendo la mirada en mis ojos. No hay vez que no se deschaven y pidan perdón sin que yo diga ni media palabra. Solamente les hago notar que a mí no me pueden mentir porque es al pedo.

Y encima me agrando porque me creo ese de "Lie to me".