martes, octubre 21

T.E.LIT.A.II: De Córdoba con amor

Qué les parece! Después de meses y meses de inactividad, quizá por el influjo de la primavera, de pronto el TELITAII vuelve a florecer. Y esta vez es de nuestra podentarista princesa comechingona, la querida Karito la Cordobesa, que se mandó con un relato lindísimo y definitivamente fiel a su estilo. No digo más, disfruten ustedes también!


Lo conocí una tarde.
Me acababa de despertar de la siesta, y todavía metida en ese plano intermedio entre lo soñado y lo real, me vestí agarrando lo primero que encontré arriba del sillón de la pieza. Tomé la decisión cuando me vi sola en casa. Definitivamente estaba sola, y la idea que me venía dando vueltas por la cabeza hacía unos días, había encontrado, por fin, la ocasión perfecta para ser llevada a cabo.
Lo que estaba a punto de hacer era cosa de grandes, al menos eso era lo que me habían dicho siempre que se había tocado el tema. Yo ya era grande... o no? Al menos me creía lo suficientemente responsable como para hacerlo, y lo había decidido con mis 15 años; estaba dispuesta a hacerme cargo de lo que viniera después, aunque ni siquiera lograra verlo en su totalidad en ese momento.
Me acuerdo que recorrí el pasillo de casa unas veinte veces mientras preparaba el ambiente. Prendí la tele a todo volumen, como si pretendiera que ese ruido infernal anulara todas las sensaciones que me iban apareciendo y desapareciendo sin orden alguno. La apagué definitivamente después de un rato: no había logrado su efecto; ahora las sensaciones parecían gritar mucho más fuerte que antes, no se iban a dejar tapar tan fácilmente. Después abrí todas las ventanas del ambiente, e inmediatamente las volví a cerrar. Mucha luz, poca privacidad. Ese momento merecía ser mío, mío y de él, nuestro, aunque él ni lo registrara. Me temblaban las piernas, tenía ganas de gritar, de preguntar tantas cosas que desconocía... ¿Qué me esperaba después de esa primera vez? ¿Si no era lo que yo creía? ... No me parecía gran cosa ahora que lo miraba desde adentro: “¿Qué le ven de especial a esta mierda?”, me dije.
Casi sin darme cuenta, cuando volvía por vigésima primera vez por el pasillo, me di cuenta que había llegado ese momento en el que nada más quedaba por hacer: lo tenía al frente, no había más excusas que demoraran el inicio, no podía escaparme a ningún otro lado ni quería hacerlo, lo había fantaseado muchas veces y había llegado el momento de empezar a vivirlo.

Lo conocí esa tarde, es todo lo que me acuerdo. No sé cuánto tiempo duró conmigo el primero, no sé en qué terminó, ni siquiera me acuerdo muy bien cómo era él. Tampoco me acuerdo del segundo. Sinceramente, creo que solamente puedo recordar el actual, y alguno muy significativo que haya caído en el medio, nada más. A pesar de mi inexperiencia, de lo rara que me veía en esa situación, de los nervios y de lo mucho que percibí que tenía que mejorar, me gustó, y desde esa tarde me propuse nunca más parar; me fui perfeccionando, siempre busqué innovar, agregar compañía o aditivos que lo volvieran más interesante, aunque debo confesar que cada vez que vuelvo a lo clásico y a la soledad acompañada de esa primera vez, sonrío.
Fui ganando experiencia y con ello sintiéndome más segura ante cada nueva situación, ahora ya lo hago casi como un movimiento natural. También dejé que me enseñaran, fui incorporando consejos que enriquecieron mi ritual, y estoy segura que más de una vez logré enriquecer el de otros, jugando a ser ensamble de varias generaciones de argentinos corajudos que se animaron a innovar y a transmitir. Con el tiempo aprendí a ser la que tomara la iniciativa, la que invitara, la que sugiriera. A tantos, o a tan pocos años de aquella primera vez, según quien lo vea, puedo levantar la cabeza y ser la encargada de inaugurar la ronda cada vez que alguien pide: “Cabezón, cebate un mate”.

Karito Farías. Octubre 2008

17 comentarios:

Mar dijo...

Perfecto! :D

Anónimo dijo...

Qué bonito relato!!
Y qué bonita sorpresa también Karito, no sabía que escribías!

Salud!

Anónimo dijo...

Que hermoso hermanita!!!!
A mi no me sorprendió, siempre supe que eras una maestra.

Muy lindo....confieso que pensé en otra cosa cuando arranqué la lectura....jeje, pero es mi mente corrompida, eh.

Zippo dijo...

Clap, clap, clap, clap, clap.

Mi mediterránea favorita, pasó frente a nosotros y nos tapó de polvo(tierra, malpensados), en la curva.
Cada vez me sorprende más este Telita, hace salir excelentes cosas de las personas. Te pasaste, Kar, muy buen relato y pulso.

Lady Ithil dijo...

Hermoso relato Karito!

Mona Loca dijo...

Karito, què lindo!!!
Muy bien, muy bien!

aplausos porteños para una cordobesa!

Anónimo dijo...

Ay, qué es esto? Comentarios? Yo los tengo que contestar? :P . Ma' sí, me pongo el traje de bloggera un rato y arranco...

Gente, la verdad que así da gusto animarse... Es lindo saber que cuando uno comparte, hay tanta buena predisposición del otro lado.
Muchas gracias por el tiempito dedicado a la lectura y a los comentarios. Gracias también a los que me endulzaron por chat, mails y palomas mensajeras (buéh, se agrandó Chacarita), y gracias a los que no comentaron dejando insultos ni abucheos, respetando mi sensibilidad. Vos, vos, y aquel otro del rincón, no sé qué esperan...

Besos, y ojalá existan muchos más! (O uno más, por lo menos)

*genuflexión*

Anónimo dijo...

Qué modales los míos!!!

Gracias a vos, Ceci! Por prestarme el espacio un ratito, por hacer que me saque la vergüenza después de tanto tiempo sin mostrar nada, por publicitarme como me publicitaste y por permitirme que me cuele un momentito en tu lugar de la cola del Pagofácil ;)

Abrazo grande, grande!

El Profe dijo...

Con la tiernuitud y dulcidad que te caracterizan este relato es hermoso Karito, un besote y abrazos varios, a vos y a la dueña de casa :D
Pregunto: ¿Vamos por la segunda ronda? Porque el agua está en su punto justo...

El Profe dijo...

Con la tiernuitud y dulcidad que te caracterizan este relato es hermoso Karito, un besote y abrazos varios, a vos y a la dueña de casa :D
Pregunto: ¿Vamos por la segunda ronda? Porque el agua está en su punto justo...

JuliánFayolle dijo...

¿Tiernitud? ¿Dulcidad?
Que va...
La Karo es una chancha. Lo del mate es una excusa; ella lo escribió pensando en otra cosa:

¡Fernet!

Anónimo dijo...

Profe! Gracias, usted es el único que pugna por mantener mi nombre impoluto.

Profe 2: idem al anterior (?).

Cuevo: Qué come que adivina? La primera preparación de fernet fue casi igual... :P

Gracias a tuitos!

-.M.- dijo...

¡Excelente! Un hallazgo.
Quiero más. ;)
Besos, Maria la otra

gabrielaa. dijo...

bien Karito! muy bueno!
besotes

Capitan de su calle dijo...

karitooo! Que buena sorpresa! Excelente experiencia nos transmitiste eh? Queremos segundos capitulos. La hinchada reclama!

El cuervo tiene razon: Una chancha mujer!... que piensa en fernet.
Zippo tiene razon: La mediterranea favorita.

Vontrier dijo...

Ah, pero mirala a la Karito... Yo ya me tapaba los ojos (ponele) pensando: qué escribió esta chica y zás! me cambió toda la historia.
Felicitancias, Karito!
Animate con otra historia pronto.
Un beso.
V.

Anónimo dijo...

Eh, cuántos halagos!

Está bueno, muy bueno, es un lindo empujoncito para animarse más seguido.

gabaa: muchísimas gracias. Más viniendo de usted.

maría: gracias, muchacha! No tanto como hallazgo, estaba metida abajo de la cama nomás. :P

Pablo, qué decir, touché! Jaja. Muchas gracias, pero sepa que no me dejo presionar por los gritos de la barrabrava!

Karito.