Todos, del primero al último, tienen la misma mirada. Te miran con los ojos muy abiertos, una mirada de infante o de cervatillo, y la mirada te transmite una mezcla de curiosidad, aceptación, frontalidad, interés investigativo, inocencia y amoralidad, así todo junto en un par de ojos muy redondamente abiertos. El hasta ayer más joven tiene además unos brillitos pícaros, pero esos los heredó de su mamá.
Ayer nació otra Arechaga, que al igual que el resto de su familia, es una belleza. Seguro que cuando abra los ojos y mire al mundo, lo hará con la misma mirada.
El mayor es mi amigo el Javi, alias el Rubio. Que hoy cumple 35 años. Después le pregunto si me deja poner una foto de ellos en mi blog.
Me gustan muchas más cosas, dentro de un tiempo les enumero las demás.
jueves, agosto 23
Cosas que me gustan de los Arechaga
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